Qué mejor homenaje a la infancia que reivindicar la educación en todos los sentidos, la educación también en el buen uso de las pantallas.
Nuestra generación (1975) no tiene un modelo de padres que hayan tenido que educar en las pantallas y en el uso de Internet, o al menos, no tanto. Por esa misma razón tenemos que preocuparnos y ocuparnos.
Actualmente, creo que cada bebé que nazca debería de venir con un libro como éste bajo el brazo, acompañado también de un libro de nanas, canciones y poemas.
Eduquemos con sentido común, no dejemos solos a nuestros hijos con las pantallas y con Internet, ni cuándo son bebés ni cuándo tienen 16 años. Es fundamental acompañarles si queremos que se desarrollen como merecen
Formémonos en el buen uso de la tecnología y no sustituyamos nuestras miradas, nuestros mimos, nuestros arrullos, juegos, nuestra atención y nuestras conversaciones por una pantalla. Hagámos un buen uso de ellas. Este libro puede ayudarnos.