jueves, 18 de febrero de 2010
Taller para papás y bebés de 1 a 3 años: los ratones y la luna se mecen en la cuna
El 6 de febrero, tuve la oportunidad de impartir un taller para papás y bebés. Gracias al apoyo de la Biblioteca Lázaro Carreter, de Villanueva de la Cañada, fue posible empezar dicho taller que pretende tener continuidad. El título general de los talleres es “Cuéntame un cuento y verás qué contento” y el objetivo principal de todos ellos se resume muy bien en el título. Creemos en la belleza de los cuentos, en que son una forma más de pasar un buen rato con nuestros hijos, de acercarnos al mundo y de reforzar el vínculo afectivo entre adultos y niños.
El primer taller lleva por título “Los ratones y la luna se mecen en la cuna”, ya que son los ratones y la luna los principales protagonistas a través de los cuales papás y bebés conocen una variedad de libros que prestan a contarse y cantarse de diferentes maneras.
Lo primero que les dije a los papás es que se relajaran, que dejaran que sus hijos (de 1 a 3 años) camparan a sus anchas por la colcha gigante que la biblioteca nos había preparado con cojines (muy acogedor). Creo que me hicieron caso y los niños no se podían haber portado mejor. De vez en cuando se movían y alguno se quedó de pie, lo cual no nos influyó en el desarrollo del taller, todo transcurrió con normalidad, yo quería que los padres se sintieran como en casa y que vieran que no pasa nada si un niño se cambia de sitio, se levanta o dice: _¿ a ver? _.
Mi objetivo era mostrar diferentes libros a los papás y a sus hijos, con ilustraciones, con canciones, de solapas, desplegables, grandes, pequeños…, así como algunos recursos para contar, cantar y jugar en estas edades. También quería que los padres se llevaran una bibliografía a casa, para que el taller no sea solo para un día, para que los papás continúen el taller en casa, con sus libros y con sus recursos. Para ello, seleccionamos una serie de libros del fondo de la biblioteca con el fin de que los compartieran después de la sesión con sus hijos e incluso se llevasen alguno en préstamo. Además, les entregué un tríptico para que tuvieran las referencias de los libros mostrados así como de otros títulos muy recomendables para los niños de 1 a 3 años.
Sinceramente, disfruté muchísimo, me sentí muy a gusto y me reconfortó enormemente que los padres se quedasen con sus hijos viendo libros. Desde aquí daros las gracias y desearos que por muy cansados que estéis, siempre encontréis un hueco para hablar, contar, cantar, jugar, acompañar o recitar.
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